¿POR QUÉ NO A LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN?

La ley general de educación que nace del acuerdo entre el gobierno y la derecha en términos generales comete el mismo error de la LOCE pone en el centro de la entrega del conocimiento al mercado, actitud denuncia incluso por órganos internacionales como la OCDE que en su informe sobre la educación chilena del año 2004, expresa que “la educación chilena está influenciada por una ideología que da importancia indebida a los mecanismos de mercado para mejorar la enseñanza y el aprendizaje.”

Los propagandistas y teóricos de las virtudes del mercado, utilizan como argumento que de esta forma se le entrega la libertad a los padres de poder elegir según sus valores y inquietudes la educación para sus hijos, si bien el debate de la libertad de enseñanza se arrastra desde mediados del siglo XIX en Chile su aplicación práctica desde el mercado no a generado en ningún caso la libertad de poder elegir la educación lo único que a generado es la segregación socioeconómica, segregación que se profundiza cada año por el aumento crecientes en las desigualdad social, un ejemplo de esto es que solo el 0,9 % de los estudiantes de menores ingresos que rinde la PSU obtiene resultados sobre 700 puntos.

La LGE tampoco define los conceptos de educación pública ni el de calidad y mantiene el mecanismos de las subvenciones tan cuestionado en los últimos meses, tampoco esta ley avanza en la democratización de la institucionalidad que hoy administra el sistema escolar, lo único que hace es establecer mecanismo de regulación de las inversiones públicas que por lo demás no supera el 4,3% del PIB siendo que la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura) establece que en países como el nuestro en vías de desarrollo se debe destinar a la educación como mínimo el 7% del PIB.

La discusión de la LGE, el acuerdo de la derecha-cúpulas concertacionistas, le da la espalda a las propuestas realizadas por estudiantes y profesores en el Consejo asesor presidencial. En este acuerdo, consagra el lucro como motor para la iniciativa educativa, omite la participación y responsabilidad del Estado y no considera la educación pública como un eje central para el desarrollo del país.

Dicha situación ha provocado proceso de discusión y movilización en los estudiantes y profesores, incluso más allá de sus propias reivindicaciones políticas y gremiales, esto le ha dado un carácter distinto a las movilizaciones, ya que, han hecho converger a profesores universitarios, secundarios, apoderados y gremios del sector público. El debate del LGE subyace una lucha por la educación pública y democrática, es decir es una movilización que cuestiona las políticas neoliberales en ámbito de la educación.


Extraido de las Resoluciones del IV pleno del Comité Central de las Juventudes Comunistas de Chile