La Dirección Local Universidad de Valparaíso, Fernando Ortiz Letelier, es parte de la estructura nacional de las Juventudes Comunistas de Chile, parte del Regional V Universitario "Alirio Quiñonez", y es la que genera los análisis, definiciones y conducción política para los comunistas que militan y estudian en la UV.

Actualmente, la Dirección está compuesta por siete miembros, cuatro de ellos electos en el XII Congreso Local de las Juventudes Comunistas, sucedido en octubre de 2007. En ella, se encuentran siete responsabilidades políticas, que al mismo tiempo corresponden a Frentes de Trabajo Político, tanto Interno como Externo a la estructura. Ellos son: la Secretaría Política, de Organización, de Masas, de Finanzas, de Comunicación y Propaganda, de Educación y de Cuadros. Así mismo, la DL cuenta con un Secretariado, el que se reúne con mayor frecuencia que la Dirección en pleno, y está compuesto por tres miembros.

La DLUV tiene bajo su responsabilidad orientar el trabajo político de los comunistas, considerando para ello el Programa del Partido Comunista de Chile, las definiciones de sus últimos Congresos Nacionales; como también las definiciones de las Juventudes Comunistas de Chile a nivel nacional, en sus congresos u otros eventos, particularmente haciéndose de las definiciones de la política universitaria de la Jota.


Defensa, Democratización y reforma.

A partir de la década de los 90, la política de los comunistas en el terreno universitario ha cursado a partir de tres ideas fuerzas: Defensa, Democratización y Reforma, las que emanaron de un estudio acucioso (científico) de la realidad y contradicciones que cursaban al interior de la Educación Superior, concluyendo que, el carácter público de la universidad se encuentra seriamente amenazado por la privatización implícita que conlleva la extensión de las relaciones de mercado a la educación superior.

En este contexto, el énfasis estuvo en la defensa de la educación superior pública, y la denuncia de la crisis en la que se encuentra el Sistema Nacional de Educación Superior (SNES), deteniendo en su momento la implementación de las políticas más desalmadas en cuanto a la privatización de las universidades.

La democratización nos debe permitir una nueva repartición del poder al interior de la universidad. Y esto es absolutamente relevante, si pensamos que desde este espacio de disputa ideológica (como son las universidades), podemos provocar el copamiento ideológico de las ideas de izquierda en cuanto a la concepción de universidad, su papel en el desarrollo nacional, y la generación de un programa de país alternativo. La redistribución del poder al interior de cada universidad, para los comunistas implica que todos aquellos estamentos que permiten la vida de la universidad (académicos, funcionarios y estudiantes) deben participar del gobierno universitario, es decir, deben participar de la generación y discusión del proyecto estratégico. Ahora bien como la universidad es un ente productor y transmisor de conocimientos, no todos los estamentos se involucran de igual manera en este proceso, de ahí que la participación de ellos no la concebimos como igualitaria en término de representaciones.

Dentro del proceso de democratización de la Universidad, se encuentra el aporte que ésta hace a los procesos de democratización del país, a partir, no sólo del copamiento ideológico que se facilita con la presencia de la izquierda en el gobierno universitario, sino también en la capacidad que tengamos de implementar un proyecto democrático de universidad, donde se conciba a la Investigación y la Extensión al servicio del desarrollo nacional.

Por otro lado, la democratización no sólo se implementa en el gobierno de la universidad, sino que debemos democratizar el acceso al sistema de la Educación Superior que significa que todos los sectores de la sociedad puedan ingresar a éste, y eso pasa por readecuar los mecanismos de ingreso al sistema (PSU), como por asegurar la mantención del estudiante en la universidad (Arancel Diferenciado y Becas de mantención).

Específicamente, la democratización de la Universidad debe ser encabezada por los sectores progresistas y más conscientes de la comunidad universitaria, donde el rol de la organización estudiantil es fundamental.

La educación superior es un espacio de poder ideológico-cultural, un campo de lucha donde se pueden apreciar dinámicas propias que rigen su vida y la lucha de clases también se manifiesta en ellas, siendo la contradicción principal neoliberalismo versus democracia el eje que ordena los distintos proyectos de universidad.

A propósito de los candados de la dictadura, como lo es la aplicación del sistema binominal como forma de exclusión política de los sectores populares. La democratización de la universidad puede avanzar a ritmos más acelerados que el resto de la sociedad. El desarrollo de un proceso de estas características en las universidades se constituye en un aporte a la democratización del estado y de la sociedad, transformándose la universidad en un foco de critica y alternativa al neoliberalismo. Reivindicar el papel de agente democratizador que desempeña la universidad no es un tema nuevo, ya que históricamente las universidades públicas y en especial las estatales, han realizado una destacada contribución al desarrollo nacional a través de los profesionales que forma, por los aportes en investigación científica y tecnológica, como vehículo de movilidad social, sólo por nombrar algunos de las actividades más relevantes.

De la consideración de los elementos de análisis planteados anteriormente se puede deducir la importancia que tiene para el avance de la Revolución Democrática en nuestro país el desarrollo de la política de defensa, democratización y reforma. La principal fuerza existente en las universidades que puede impulsar la democratización la constituyen los estudiantes, por tanto, es una tarea política de máxima relevancia la constitución de un movimiento estudiantil activo y con propuesta.

Para los comunistas la Reforma implica expandir el sistema de Educación Público Superior, para servir de base y estar al servicio de un Proyecto de Desarrollo Nacional. Este Proyecto pretende impulsar una reindustrialización del país a través de la implementación de una segunda fase exportadora, que nos permita una nueva incorporación de Chile a la economía mundial, donde no exportemos sólo materias primas. Esto aspira a lograr que nuestra economía sea más sólida y no dependa de los vaivenes del mercado mundial. Se propone una redistribución del ingreso nacional, para dar solución a los principales problemas sociales que afectan a los trabajadores y al pueblo, así como integrar principios que permitan un desarrollo armónico y sustentable desde un punto de vista tanto racional como planificado de los recursos humanos y naturales. Nuestra apuesta política para un nuevo modelo de desarrollo pasa por asignar al Estado y a los trabajadores un rol fundamental en la acumulación de capital que nos permita reindustrializar e insertarnos de una manera distinta en el mercado con un uso mucho más “democrático” y racional de nuestras ventajas comparativas, que nos llevaran a ofrecer mercancías con alto valor agregado y por ende un fuerte retorno.

Cómo se inserta la ES (educación superior) en la implementación de la segunda fase exportadora:
En la ES está radicada materialmente la capacidad de investigación y desarrollo de procesos productivos como también proponer formas en estas y de estas.

La capacidad planificadora y ejecutora de los procesos solo se pueden formar en la E.S.

Concebimos la ES como un todo articulado, en el que sus distintos niveles corresponden a la especificidad de las necesidades expresadas estas tanto a nivel del Estado central, como en la región o en la comuna. El Estado debe ser directriz en cuanto a plantear líneas prioritarias para la formación académica de los futuros profesionales y los ámbitos de investigación. El financiamiento directo para la mantención de infraestructuras y crecimiento de ésta, debe ser responsabilidad directa del Estado. La coherencia de los planes de desarrollo será un índice válido a la hora de otorgar recursos.

Además la conceptualización de la reforma implica la implementación práctica de nuestras ideas y propuestas para el Sistema Nacional Educación Superior. Finalmente hemos señalado que la reforma es el eje que dota de sentido estratégico a los otros dos ejes de nuestra política.



¿QUIÉN ERA ORTIZ LETELIER?

Juan Fernando Ortiz Letelier, fue Profesor de Historia y Geografía de la Universidad de Chile, Ex Dirigente de la Asociación de Profesores y Empleados de la Universidad de Chile, APEUCH; Ex Miembro del Consejo Superior Normativo de la Universidad de Chile; Ex Secretario General de las Juventudes Comunistas; Miembro del Comité Central del Partido Comunista. Fue detenido y desaparecido por civiles el 15 de diciembre de 1976 en las cercanías de Plaza Egaña, junto a Waldo Ulises Pizarro.

La persecución de Fernando Ortiz Letelier, se puso en ejecución desde el mismo Golpe Militar de septiembre de 1973: fue separado de su cargo de profesor en la Universidad de Chile, sin ni siquiera respetar sus derechos respecto de una indemnización por sus años servidos en esa casa de estudios. Parte de su biblioteca que se encontraba en esa Universidad -que comprendía diversos estudios y apuntes de clases- fue incautada por las nuevas autoridades universitarias, sin lograrse nunca la recuperación de ese material académico y de propiedad del afectado. En noviembre y diciembre de 1973, personas que dicen ser funcionarios de la Universidad de Chile, preguntan por él en su domicilio de Bombero Núñez N°362; en enero de 1974, agentes de seguridad, fingiendo ser estudiantes universitarios, van hasta el domicilio de la ex cónyuge de Fernando Ortiz, e interrogan a familiares allí presentes sobre la persona de éste; en marzo de 1974, personas que también dicen ser estudiantes, concurrieron a la casa de la hija mayor del afectado, Estela Ortiz; en abril de 1974, sujetos de civil que se identificaron verbalmente como agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia, DINA, se apersonaron en el domicilio de la madre del afectado, en donde preguntan por el paradero de Fernando Ortiz y de sus actividades; a mediados de este mismo mes de abril, concurrieron nuevamente al domicilio de Bombero Núñez N°362, sujetos que se identificaron como funcionarios del Ministerio del Interior, que una vez más indagaron por su paradero y actividad, con la arrendataria de ese inmueble; a mediados del año 1974, regresaron otra vez al domicilio de la hija del afectado, Estela Ortiz, sujetos que se identificaron como pertenecientes a la Policía de Investigaciones, señalando que querían hablar con ella para saber de Fernando Ortiz; en enero de 1975, sujetos que se identifican como del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea de Chile, SIFA, llegan nuevamente hasta el domicilio de Estela Ortiz, y además interrogan a vecinos sobre el afectado; durante el año 1975, nuevas "visitas" se hicieron: a mediados de este año volvieron dos o tres veces más al domicilio de Bombero Núñez, hablando con la arrendataria y con vecinos de allí; en septiembre del mismo año, dos civiles y un militar fueron hasta la casa de los consuegros de Fernando Ortiz, preguntando por su hijo Pablo, y ante la preocupación demostrada por los moradores de la casa, el militar reaccionó diciéndoles que no se preocuparan, pues no buscaban a Pablo, sino a su padre Fernando Ortiz; en enero del año 1976, sujetos que se identifican como del SIFA y que señalaron cumplir órdenes de la Policía de Investigaciones, hablan con la persona que administra el edificio de Los Leones N°1100, y le exigieron que les entregara una lista de los ocupantes del edificio; llamó el administrador a la Policía de Investigaciones, donde le respondieron que a nadie han enviado para esos trámites, y luego se dirigió a Carabineros de Chile que estaban custodiando una Embajada vecina, los que al ver la identificación de los sujetos, se alejaron del lugar sin hacer nada ni dejar constancia alguna de lo verificado; en los primeros días de agosto de 1976, agentes de la DINA concurrieron al domicilio de Bombero Núñez, donde su arrendatario debió señalar el nombre de la actual esposa del afectado y su domicilio; así, el 7 de agosto del mismo año, hasta la oficina de la actual esposa de Fernando Ortiz, María Luisa Azócar concurrieron sujetos que se identificaron como de la DINA interrogándola sobre el paradero de Fernando Ortiz, y pidiéndole una fotografía de éste; antes de retirarse le advirtieron bajo amenazas que tenían muchos medios para averiguar si ella les había mentido al decirles que no vivía con él y que desconocía su paradero; ese mismo día 7 de agosto concurrieron nuevamente al edificio de Los Leones, manifestándole al mayordomo todas las molestias que han tenido "en su trabajo de búsqueda", porque ni siquiera saben cómo es Fernando Ortiz, y le dejan un número telefónico -el 260929- para que les avise la llegada de cualquier persona que no concurra habitualmente al edificio. También le muestran unas fotografías correspondientes a los hijos mayores de Fernando Ortiz; (se logró determinar fehacientemente que ese teléfono correspondía a un recinto militar, se trataba de Villa Grimaldi, centro clandestino de detención dependiente de la DINA); fue así como en adelante, esos diversos domicilios estuvieron con permanente vigilancia. Los últimos hechos relacionados con la búsqueda, antes de que Fernando Ortiz fuera detenido, ocurren el 23 de noviembre de 1976, fecha en que personas que se hicieron pasar por compañeras de estudios de Estela Ortiz, indagaron información respecto a si ella vivía con su padre.

Hasta la fecha se desconoce la suerte o paradero de Fernando Ortiz Letelier; detenido desaparecido desde el 15 de diciembre de 1976, a los 54 años de edad.