Gabinete de Piñera

Santiago, 10 febrero 2009.- Opinión de Jorge Insunza, Miembro de la Comisión Política del Partido Comunista de Chile

Me parece que las cosas se van poniendo más claras, las designaciones del gabnete definen un gobierno de empresarios y gerentes. Todos los designados, sin excepción, son representantes calificados del gran capital. Y esto de poner el acento en el carácter de la alta calidad técnica que tendrían los designados es un modo de engañar, porque lo esencial no es que sean técnicos de calidad mayor o menor, sino que su punto de vista, su visión de país parten del hecho que son todo sin excepción adoradores del mercado y calificados para defender los intereses del gran capital nacional y transnacional.

Todos recordamos que Piñera durante la campaña convirtió en su objetivo principal a los sectores medios, no hay un solo representante de los sectores medios en el gabinete. Tampoco por cierto ni un trabajador y esos son la inmensa mayoría de los chilenos.

En este sentido, vale la pena mencionar algunos íconos:

El Ministro de Relaciones Exteriores, Sr. Alfredo Moreno, es un empresario transnacional, con intereses no tan sólo en Chile sino que también en otros países más allá de nuestras fronteras.

El Ministro de Economía, Sr. Juan Andrés Fontaine, responsable del desarrollo de las pymes es un “chicago boy” calificado.

El Ministro de Minería, Sr. Laurence Golborne, responsable de promover la privatización de Codelco. Es un gerente de cadenas comerciales que de minería no creo, que en su carácter de técnico, tenga mucho que ver.

El Ministro de Salud, Sr. Jaime Mañalich, proviene del sector del negocio de la salud privada y aquí el problema que hay que enfrentar en el país es el desarrollo de la salud pública para que se convierta de verdad en un derecho.

¿Qué significado tiene en este cuadro la política de los consensos, la llamada a unidad nacional de la que volvieron hablar en el acto? Sólo una: la oposición debería subordinarse a la aplicación de los designios del poder económico nacional y transnacional, porque sólo sobre esa base habrá consensos, porque consensos significa que debe concordarse de parte y parte en una opinión común, pero en este caso se trata de entenderse con representantes exclusivos y excluyentes del gran capital transnacional.

Es claro que nosotros debemos tener una actitud de oposición, clara y firme, en defensa eficaz de los intereses de los trabajadores y las grandes mayorías, y buscar evitar que el uso de los recursos mediáticos en la forma que se hizo con esta instalación del gabinete que asumirá el 11 de marzo, deberemos hacer un esfuerzo muy grande para que el engaño y la mentira no se conviertan en la base de razonamiento en el país.

Otra observación que quisiera hacer, que ayer tuvo gran relevancia en los medios de comunicación, que es la incorporación de Ravinet al gabinete de Piñera. La incorporación de Ravinet es claramente una agresión a la DC, una fuerte señal de la determinación de Piñera y su equipo de destruir a la DC y destruir al final de cuentas a la Concertación. Porque el propósito que está detrás de todo esto es el de crear condiciones para prolongar más allá de los 4 años la permanencia de la derecha en el gobierno y presentar esa maniobra agresiva como bandera la unidad nacional, es el colmo de la hipocresía es un engaño. El propio Piñera, por lo que se conoce, le recomendó a Ravinet que renunciara antes de ser designado, cosa que Ravinet hizo de manera muy obediente, pero en definitiva la maniobra que está detrás de todo esto hay que entenderla y saber que aquí cualquier recurso para afirmar un poder omnívoro, un poder imparable de la derecha va a ser utilizada.

Las propias declaraciones que hicieron después de la designación varios de los ministros dan cuenta del contenido de clase de los propósitos que se plantean desde los ministerios.

Por ejemplo, Sr. Felipe Larraín, Ministro de Hacienda, explicitó de manera abierta la determinación de destruir el movimiento sindical, anunciando que van a enviar un proyecto de ley para 6 trabajadores de cualquier empresa, sea que la empresa tenga 6, 500 ó 1000 trabajadores, podrán negociar con la patronal al margen del sindicato. La dictadura quiso imponer la negociación individual, Piñera sube el número a 6 pero con el mismo objetivo: despedazar la organización de los trabajadores. Una empresa de 100 trabajadores tendrá 15 grupos que podrían plantear negociaciones separadas, por lo tanto débiles y que permitirían convertir en los hechos a los trabajadores en una fuerza, en que la unidad es el factor principal de pontenciamiento de sus capacidades de negociación quedarían en cero. ¿Qué movimiento sindical resultaría con estas normas impuestas por ley?

Hay algo en lo que la gente debería pensar, ha habido la discusión de la inmensa riqueza de Piñera, la necesidad de que se desprenda, por razones de decencia política, de sus recursos que constituye a los fideicomisos ciegos. Mirando la lista de los futuros ministros. ¿Cuántos de ellos tendrán que establecer fideicomisos ciegos? urgentemente antes del 11 de marzo, para asumir sus nueva funciones con mínima responsabilidad y respeto por la ley. Son los temas que muestran que aquí se busca instalar una estructura, lo diría con absoluta certeza, peor incluso que el último gobierno de la derecha, el "gobierno de los gerentes" como se les llamó entonces al de Jorge Alessandri, este gobierno es aún más estrecho y cerrado y excluyente que cualquiera de los gobiernos que tuvo en las distintas fases de su gestión Alessandri.

Fuente: http://www.pcchile.cl/